miércoles, 7 de diciembre de 2016

VANIDAD

(Florencio Choque A.)

Puedo desnudar
la cuenta de violín que navega
en la minúscula brújula del Cancharani
Describir
tu silencio que deshila la lluvia
Puedo palpar
el adverbio obtuso
de los crepúsculos
Verificar
la unidad
bidimensional
del olvido.

Puedo tutear
con los números sacrílegos
Puedo calcular
la altura
de la desabrida altivez
de su sonrisa.

Multiplicar
la sombra longitudinal
de un árbol
por la encuadrada y aleve
alegoría de mi lápiz;
luego dividir
con la derribada
longitud de mi lápiz
Puedo vibrar
en la innumerable
hilacha del solsticio,
teñir la brújula de cartón
para que el canto de las aves
fluya por la línea ecuatorial
de la lluvia.

Puedo deshilar la cánula
lluviosa del día
En añeja ficción diurna
En mezclas bayos
de vino y cígal
Dejarla macerar
en un liviano algodón.
Dejarlo ir
en la ceniza
alcohólica del miércoles.

Puedo sosegar
el desnudo pipiolo
de la palmera
Con las: “Fiestas galantes de Verlaine”
Con trigo alivianar
la apetencia de mis huachuas
Sorprender de súbito
a la obrera soledad
con una cómica carcajada de ñandú.
Aliñar en nueve meses
la lluvia vegetariana
con su acento de martillo
con su ronca voz
que tizna sus rodillas
sobre las chimeneas.

Trajinar:
bajo los slogans de la llovizna;
Es decir
entre el real carisma
de la fragorosa aventura.

Algunas veces no fue precisa necesidad,
aceptar,
recordar descartables domingos,
ni reconfortante,
iniciar,
la honrosa posibilidad
de olvidar
o la posibilidad
volcánica no prevista.

Es artificio que asfixia,
Proyección no hallada
Abril silvestre
que no logra
asimilar
vuelo
por el frio de los salmos;
Y su trazo
se fermenta
en la lengua de los centímetros
en la pilastra
precisa de la lluvia.

BREVEDAD



(Florencio Choque A.)

Tú eres:
        cromífera
                 ausencia.

Arena
         móvil
                en la melodia.

Velocidad
         Cálida.

Maltrecho
          alambre
                    de mármol.

Imantada
           sonrisa de esmeril.

(Has robado
           el olivo
                       de mis libros
con la roja brevedad
que orbita
           en tus labios).